Sintiendo
repulsión por ese olor,
y
asquerosidad simplemente al verlo
yo
me compadezco.
Sintiendo
su fuerza hacia mí,
sus
miembros desencajados,
su
poder oscuro,
su
sangre coagulada en su interior.
Él
llora sangre que recorre su piel verdecina,
mientras
se tambalean en mi procura,
siguiendo
los instintos básicos de una enfermedad,
sometido
a otra voluntad todavía más poderosa,
sometido
ya para siempre.
Condenado
a descomponerse mientras es consciente,
atado
a la vida mientra la muerte tira de él,
ahogado
por su olor pestilente.
Cuando
su putrefacción siga aflorando llegara un punto que no tenga cuerpo.
Llegara
el momento en el que rompa las cadenas de la vida muerta,
conseguirá
irse de lo que nadie quiere marcharse.
Él
sigue esperando a que su fuerza cerebral expire ,
huya,
no
regrese
se
marchen juntos al vacío.
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