Respiro
el aire puro con miedo,
nacido
entre cazadores para sobrevivir,
intuyo
las presas y las huelo.
A veces
quiero respirar pero no puedo,
por
o de que vivo al día
no
lo niego.
Nadie
se libra de ese sentimiento,
de
ese miedo,
por
muy imbécil o primario que seas
no
te libraras del rostro pálido de la muerte.
Cada
día visitando tu mente en tu cueva,
cada
día hurgando en tus entrañas primitivas,
esperando
a que seas tu el caído y no el verdugo.
Cada
vez mas fuerte y mas cerca,
todos
acometen contra a dignidad del solo.
Algunos
amparan la incertidumbre de los heridos,
porque
ellos lo han sido.
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