En la ciudad de Ozz las casas parecen hechas para vivir muñecas. Las baldosas que recubren las calles están hechas de pequeñas piedras amarillas. Las puertas de las tiendas son de madera y están pintadas de distintos colores. Hay muchas pastelerías y cafeterías, cuya estructura está íntegramente hecha de vidrios de colores. En el centro de esta ciudad se haya un inmenso parque, que cuenta con un enorme lago, rodeado de una gran diversidad de plantas de colores y árboles de todo tipo.
Es un lugar con todas las comodidades para vivir bien y la sensación de estar en la tranquilidad de un entorno rural. En la mayoría de sus calles puedes encontrar todo tipo de artistas: bailarines, pintores... Lo más bonito de Ozz es que los habitantes pueden ver las magníficas puestas de sol desde sus balcones con barandillas de fino hierro negro torneado. Los colegios de esta ciudad son lugares magníficos y cálidos, con una estructura arquitectónica digna de un cuento de hadas.
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