Gregorio saborea avariciosamente el único pedazo de jamón que había en la cesta ante la mirada envidiosa de su hermano Honorio.
GREGORIO: (Acabando de masticar el trozo de jamón) ¿Por qué me miras con esa cara Honorio?
HONORIO: (Con cara de desprecio hacia su hermano.) No es por nada Gregorio, pero... me podías haber preguntado antes de hacerlo.
GREGORIO: ¿Antes de hacer qué ? (Pregunta sorprendido).
HONORIO: Sí, sí, tú haz como si nada.
GREGORIO: No se de qué me hablas. (Contesta con tono desinteresdado).
HONORIO: Sabes que no he comido carne durante esta semana.
GREGORIO: Estamos en Semana Santa, tienes fruta y queso en la cesta. (Con tono sarcástico).
HONORIO: Que yo sepa la Semana Santa es para los dos.
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