Todo estaba cambiando, la vida de Van Gogh se había convertido en una pesadilla de la que no podía despertarse. Su mente se trasladaba por momentos a sitios en los que nunca nadie había estado, solo, sus "compañeros" de habitación sabían lo que realmente le estaba ocurriendo.
SILLA 1: ¡Esto no puede seguir así! Se está volviendo loco.
CAMA: La culpa la tiene Gauguin, quiere irse de Arlés. Ayer mismo se cortó una oreja, la izquierda, para ser más exactos, y me puso perdida de sangre.
MESILLA: Está perdiendo la cabeza, tenemos que hacer algo por él.
SILLA 2: ¿Y qué podemos hacer?
CAMA: Lo mejor será que intentemos que en esta habitación pase los mejores momentos de su vida.
CUADRO AUTORRETRATO : ¡Dejadme en paz! ¡No me merezco que me tratéis tan bien!
CUADRO HERMANA: Por favor hermano mío, deja de decir esas cosas, todos te queremos y estaremos siempre a tú lado.
Se volvió a hacer el silencio en aquella oscura habitación, todos esperaban la llegada de Van Gogh, pero él nunca más volvió.
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