Eran ya altas horas de la madrugada cuando Van Gogh acabó de pintar uno de sus famosos cuadros. Se fue de la habitación y dejó el cuadro allí, para que se secase la pintura.
CAMA:¡Pero qué mal me ha pintado!
MESA: Pues mírame a mí, que no sé como no cojeo... ¡Vaya patas tan mal hechas!
VENTANA: Mis critales, ¡mirad mis cristales!
SILLA 1: Desde luego, este hombre no tiene ni idea de pintar... Si pretende ganarse la vida haciendo esto, mal lo veo.
SUELO: ¡Callaos ya, que está viniendo para aquí!
Van Gogh entra en la habitación. Observa el cuadro, levanta la mirada y se da cuenta de que la habitación es muy fea, rompe el cuadro y se va a dormir.
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