Sábado
Este era un día para hacer trabajitos importantes, por ejemplo, mi texto versionado de Lazarillo de Tormes, o el texto de "Non perdas a palabra". Os lo contaré por partes.
Este era un día para hacer trabajitos importantes, por ejemplo, mi texto versionado de Lazarillo de Tormes, o el texto de "Non perdas a palabra". Os lo contaré por partes.
Mi
versión de Lazarillo de Tormes la empecé en el viernes, allá por
las ocho de la tarde. Iba a escoger un pedazo del momento en que Lázaro
estaba con el clérigo, como no se me ocurría nada
qué hacer, he preferido elegir otro fragmento. Después de darle
varias vueltas al libro, decidí eligir la primera página, porque el
inicio de un libro es la parte más sencilla para escribir a la
manera de uno mismo, al menos para mí.
Mientras
estaba escribiendo mi texto en el ordenador se fue la luz una vez,
pero por suerte, al encenderlo de nuevo cuando volvió, me apareció
una ventanita en el medio de la pantalla que me informaba sobre que
tenía la oportunidad de recuperar el progreso de lo que había hecho
en el OpenOffice. Ese momento me vino como anillo al dedo, ya que así
no tendría que empezar todo de nuevo.
Desgraciadamente,
una o media hora más tarde, la luz se volvió a ir, y ya pasé de
volver a encender el ordenador, porque lo más probable es que se
volviera a marchar. Por todo esto que acabo de contar, he tenido que
subir mi texto en este blog el sábado por la mañana.
Ahora
os contaré lo que pasó con el texto de “Non perdas a palabra”. Este
otro texto lo empecé el viernes por la tarde, pero como lo hacía
conjuntamente con Gabriel Marcelli, en el colegio hicimos un acuerdo
en el que decidimos que yo hacía el principio y la mitad del
desenlace, de modo que él haría el resto del desenlace con el
final. En cuanto terminé mi parte, le mandé una foto de lo escrito
por WhatsApp, para que pudiera hacer su parte por su lado. Cuando
acabó su parte me envió una captura de lo que había escrito en su
móvil, y fue entonces el momento en el que comencé a corregirlo y a
darle retoques para que concordara con lo que yo hice, y quedara de
una sola pieza. Como esto de retocarlo lo hice por la noche, también
tuve el problema de las idas de electricidad, de modo que también lo
dejé para el sábado. En el día siguiente continué trabajando en
el texto después de subir al blog el del Lazarillo, pero se me hizo
un poco lioso, y por eso mismo tardé más de lo que pensaba. Después
de unas dos horas frente al ordenador me acabé cansando, y dejé de
darle tantas vueltas a lo escrito, de modo que hice los deberes que
mandaron el viernes. Cuando me volví a poner de nuevo ante el
ordenador ya eran las nueve de la noche más o menos, y acabé sobre
las diez, pero cuando entraba en Internet para enviarle el trabajo a la profesora de gallego, me aparecía una pestaña que me
decía: “Servidor no encontrado” de manera que no pude mandárselo
a su correo.
Domingo
En
este otro día encendí el ordenador temprano para enviar el correo
con el texto de gallego adjunto, pero Internet seguía sin funcionar.
Intenté solucionar el problema pero no era un fallo independiente
que solo tenía mi ordenador, así que no pude hacer nada. Esperé
unas horas por si volvía Internet, pero tampoco había manera. El
fallo de Internet empezaba a ser un problema, y lo peor es que no
podía mandarle un mensaje a mi compañero para avisarle del problema
y decirle que tenía que enviar él el trabajo. También le llamé dos o tres veces por la tarde, pero ni siquiera comunicaba.
Lo único que podía hacer era pasar el trabajo a un lápiz de
memoria, para dárselo a él, y que así lo pudiera enviar desde su
casa.
P.D: Este texto está escrito desde el domingo, pero por culpa de Internet
tampoco lo he podido subir al blog.
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