Ocho de la mañana. Suena el despertador. Oh no, qué rápido. No me quiero levantar. Venga Claudia, espabila. Buf, no quiero. Intento levantarme. Se me cierran los ojos. ¿Cómo ha pasado la noche tan rápido? Hace frío. Pienso en el verano, lo cerca que está. Me pongo contenta y salto de un brinco de la cama. Ya no queda nada. Me lavo la cara. Qué fría. Voy a desayunar. Cojo fuerzas. Voy a vestirme, qué dilema. ¿Qué me pongo? ¿Hace frío? ¿Hace calor? Salgo a la ventana. No resuelve mi duda, como siempre. Me visto con lo primero que encuentro. Corro, ya es tarde. Pasa el autobús. Corro. Llego por los pelos. Un día más. Lo mismo de siempre. Verano llega ya, por favor.
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