Introducción al misterio
El escarabajo de Oro es un cuento de
aventura y misterio publicado en 1843. El autor es Edgar Allan Poe, considerado todo un maestro del relato corto.
Se trata de un grupo de tres hombres que se embarcan en una aventura llena de misterios, donde la
paranoia y la persistencia salen a la luz.
Primero, una pequeña presentación
William Legrand: un personaje que al
final te das cuenta que está lleno de agudeza y sabiduría,
contrastando con la persona que roza la enfermedad mental, que nos
parece al principio. Sin él, la historia no tendría sentido.
Júpiter: sirviente de William, con
evidente falta de estudios, y al que podemos asociar a los esclavos
de color que había en el sur de Estados Unidos.
El narrador: amigo de Legrand, que al
principio no confía en él, pero que también se preocupa por su
salud.
¿Quieres saber más?
Un pergamino y un escarabajo de oro fueron hallados por William Legrand y su sirviente Júpiter.
Ese mismo día, el narrador visita a Legrand, el cual hizo
un dibujo del escarabajo para mostrarle como era, ya que no lo tenía
en sus manos porque se lo había prestado a otro hombre. A partir de ese momento, algo cambió en Legrand, y
desde el punto de vista de Júpiter y su amigo, se volvió loco y
obsesionado con el oro.
Esta demencia, dio lugar a una búsqueda, de la que sólo el inteligente William conocía la finalidad. Una vez que llegaron al lugar, Júpiter subió a un árbol y encontró una calavera. Metió el escarabajo, enganchado a un hilo, por el que pensaba que era el ojo izquierdo, siguiendo las indicaciones de Legrand. Después de hacer unos cálculos para saber donde tenían que cavar, comenzaron. Desgraciadamente, no encontraron nada. Cuando se disponían a irse, decepcionados, Legrand se dio cuenta de que Júpiter se había confundido de ojo. Volvieron al lugar e hicieron todo de nuevo. Al cavar, descubrieron, junto a unos huesos, lo inimaginable: un tesoro repleto de joyas, diamantes y monedas.
Al traerlo a casa del que comenzó esta aventura, este le contó a su amigo cómo había averiguado las pistas para encontrar el tesoro: le contó que gracias al fuego, surgieron una serie de signos clave por la parte del pergamino que no dibujó, también le explicó cómo hizo para averiguar lo que ponía y posteriormente, saber el lugar donde estaba el botín, y además, que este fue enterrado por el capitán pirata Kidd.
Esta demencia, dio lugar a una búsqueda, de la que sólo el inteligente William conocía la finalidad. Una vez que llegaron al lugar, Júpiter subió a un árbol y encontró una calavera. Metió el escarabajo, enganchado a un hilo, por el que pensaba que era el ojo izquierdo, siguiendo las indicaciones de Legrand. Después de hacer unos cálculos para saber donde tenían que cavar, comenzaron. Desgraciadamente, no encontraron nada. Cuando se disponían a irse, decepcionados, Legrand se dio cuenta de que Júpiter se había confundido de ojo. Volvieron al lugar e hicieron todo de nuevo. Al cavar, descubrieron, junto a unos huesos, lo inimaginable: un tesoro repleto de joyas, diamantes y monedas.
Al traerlo a casa del que comenzó esta aventura, este le contó a su amigo cómo había averiguado las pistas para encontrar el tesoro: le contó que gracias al fuego, surgieron una serie de signos clave por la parte del pergamino que no dibujó, también le explicó cómo hizo para averiguar lo que ponía y posteriormente, saber el lugar donde estaba el botín, y además, que este fue enterrado por el capitán pirata Kidd.
Puntos a favor
En mi opinión esta obra te sumerge
completamente en la aventura. Te sientes uno más
en la búsqueda del tesoro, compartes la locura de Legrand, la
preocupación del narrador, y el miedo de Júpiter. Al principio te
parece una novela fantástica, incluso donde la magia tiene su
protagonismo, pero te das cuenta de que sólo son un conjunto de
meras casualidades, ya que si algo de lo que ocurrió, no llega a
acontecer, nada sería posible. La mejor parte, sin duda, es cuando
el ingenioso Legrand, cuenta cómo averiguó dónde estaba el tesoro,
te das cuenta de lo obvio, y a veces no tanto, que era descifrar el
enigma.
Puntos en contra
Poco en contra se puede decir de este
cuento, quizá, el que no dé ningún dato acerca del narrador es
algo extraño, ya que te preguntas si es que no se dice nada, o lo
has pasado por alto.
En mi opinión
Recomiendo leer este cuento para las
personas a las que les encanta el misterio y la aventura. Nunca te aburrirás, ya que
hay mucha dinámica. Sin duda es uno de esos pequeños relatos que se
deberían leer como mínimo una vez en la vida.
¿Y tú, lo leerías?
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