Mi ciudad
está en la luna, sí,
así es, en la luna. Mi ciudad es no es muy
grande, es más bien pequeña y acogedora. Sus edificios son de
cristal, brillan tanto que las estrellas sienten envidia de no poder
resplandecer tanto como ellos. Las casas también son de cristal pero
cada una tiene un color diferente: verde como las hojas de los
árboles, roja como las rosas de los jardines, azules como el agua y
blancas, tan blancas como una nube.
Aquí
todo es diferente, las preocupaciones las dejas en la ciudad
visible. Nos encanta salir a jugar, solemos jugar con palabras, pero
con palabras bonitas como por ejemplo amistad, esperanza, suerte.. Lo
que hacemos es degustarlas, saborearlas y
descubrir lo bien que saben. Las flores son chuches
cada una con su textura. Los caminos son de una especie de goma
elástica, y no vamos caminando, vamos saltando, así es, cada
esquina de mi ciudad es un trocito de imaginación. Con cada
carcajada el día se ilumina más y de lo contrario se vuelve gris y
a nosotros no nos gustan los colores tristes por lo que siempre
intentamos sonreír.
Mi ciudad sólo tienen el privilegio de encontrarla unos
pocos, es invisible, si algún día eres
afortunado de encontrarla, encontrarás la felicidad.
Quiero encontrar esta ciudad invisible.
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