Quedaran escritos los versos de mi hisotira
a la orilla de tu mirada.
Y serán quemadas sus páginas,
ante tu impasible mirada.
Y mi cuerpo, ya sin alma,
será enterrado ante la tumba de tu bondad..
Y mi alma,
cruel laberinto de enredaderas,
se convertirá en cenizas al oirte hablar.
a la orilla de tu mirada.
Y serán quemadas sus páginas,
ante tu impasible mirada.
Y mi cuerpo, ya sin alma,
será enterrado ante la tumba de tu bondad..
Y mi alma,
cruel laberinto de enredaderas,
se convertirá en cenizas al oirte hablar.
Y haya donde me encuentre
gritaré que te quise,
Y ya no volveré a oír tus palabras.
Volveré a sonreír ayá donde me encuentre.
Digo adiós a este mundo.
Y grito a quien me escuche,
que tus ojos negros
son el espanto hecho mujer.
Volveré a sonreír ayá donde me encuentre.
Digo adiós a este mundo.
Y grito a quien me escuche,
que tus ojos negros
son el espanto hecho mujer.
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