Y se desplomó
sobre la acera fría de invierno.
Y la sangre se derramaba
cual la tinta de mi pluma
al escribir por ti.
Y con sus ojos en blanco
rogaba piedad a Dios,
misericordia de los ángeles.
Y todo se volvía oscuro.
Sentía que con él,
se marchitaban las flores del jardin.
Pero duró poco.
Pronto se cerraron sus ojos.
Pronto dejó de sentir susheridas.
sobre la acera fría de invierno.
Y la sangre se derramaba
cual la tinta de mi pluma
al escribir por ti.
Y con sus ojos en blanco
rogaba piedad a Dios,
misericordia de los ángeles.
Y todo se volvía oscuro.
Sentía que con él,
se marchitaban las flores del jardin.
Pero duró poco.
Pronto se cerraron sus ojos.
Pronto dejó de sentir susheridas.
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