La
noche de difuntos me despertó a no sé qué hora el doble de las
campanas; su tañido monótono y eterno me trajo a las mientes esta
tradición que oí hace poco en Soria.
Intenté dormir de nuevo; ¡imposible! Una vez aguijoneada, la
imaginación es un caballo que se desboca y al que no sirve tirarle de la
rienda. Por pasar el rato me decidí a escribirla, como en efecto lo
hice.
Yo la oí en el mismo lugar en que acaeció, y la he escrito
volviendo algunas veces la cabeza con miedo cuando sentía crujir los
cristales de mi balcón, estremecidos por el aire frío de la noche.
Sea de ello lo que quiera, ahí va, como el caballo de copas...
El monte de las ánimas de Gustavo Adolfo Bécquer
El monte de las ánimas es uno de los puntos más emblemáticos de Soria, una de las ciudades que ya hemos visitado en nuestro paseo literario. Fue refugio de los templarios durante la Reconquista. Se dice que cuando llega la noche de difuntos se oye doblar sola la campana de la capilla y salen las ánimas de los muertos. Esa leyenda la ecuchó Bécquer en tierras sorianas y decidió escribirla.
Desde hace unos años se recrea esta leyenda la noche de los difuntos. Aunque estemos lejos de Soria podemos leer esta noche la leyenda o escucharla:
Como banda sonora Santorum que se inspiró en la leyenda para crear esta canción.
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