Y en ese instante todo se para,
como si... aceptásemos la perdición
y al fin nos dignaramos a perder la vida.
Aceptamos como nuestra
cualquier dudosa verdad que grite
el cielo.
¿Cuántos hombres caeran en esta guerra?
Dímelo despacio al oído mi amor
¿Saldrá el sol por la mañana?
No quisiera... manchase tu belleza.
Saltaré al vacío y al fin
gritaré que he muerto.
Chuparé tus besos de noche
con aroma a alcohol.
Recuerda, no me quites jamás
la venda de mis ojos,
no quiero hablarle a la cara,
¡sé que su luz me quemará el alma!
Y todo cambia en el momento que la ves,
sientes que no hay veneno tan suave
como su perfume.
como si... aceptásemos la perdición
y al fin nos dignaramos a perder la vida.
Aceptamos como nuestra
cualquier dudosa verdad que grite
el cielo.
¿Cuántos hombres caeran en esta guerra?
Dímelo despacio al oído mi amor
¿Saldrá el sol por la mañana?
No quisiera... manchase tu belleza.
Saltaré al vacío y al fin
gritaré que he muerto.
Chuparé tus besos de noche
con aroma a alcohol.
Recuerda, no me quites jamás
la venda de mis ojos,
no quiero hablarle a la cara,
¡sé que su luz me quemará el alma!
Y todo cambia en el momento que la ves,
sientes que no hay veneno tan suave
como su perfume.
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