viernes, 3 de junio de 2016

Los colores y la felicidad


Mi ciudad es diferente, no tiene tantos edificios, ni siquiera tanta gente, es una ciudad pequeña, en un lugar casi inaccesible. En ella no hay nada igual, cada casa es diferente a la anterior, cada persona es especial, y a pesar de eso, todo el mundo se lleva bien, no hay problemas de si mi casa es más bonita que la del vecino, o si el jardín de la casa de enfrente está mejor cuidado.
Algunas casas son de madera, grandes o pequeñas; otras de piedra, una desigual, otra con treinta ventanas y dos puertas, otra con seis puertas y escasas ventas; también las hay que combina la piedra y la madera, y algunas, simplemente están a medias, no sabemos si serán rojas o verdes, azules o amarillas.
Lo único que apreciamos realmente en esta ciudad son los colores, como habéis podido apreciar. Están prohibidos los colores tristes, aquí todo representa una cosa, la felicidad.

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