domingo, 29 de mayo de 2016

Estoy inquieto

Suena el timbre. Ya es tercera hora, estoy inquieto y el estómago ya me pide algo para comer. Llega la profe. No he hecho los deberes. Espero que no me pille. Empieza a soltar el rollo de siempre, menudo aburrimiento y madre mía, qué hambre tengo.  Pasa a revisar los deberes, la he liado, un negativo más para la cuenta. Empiezan a corregir y el pesado de turno empieza a tirarme papelitos. Llevamos diez minutos de clase y el reloj parece que no se mueve, menudo suplicio. En apenas cuarenta minutos más ya estaré disfrutando del ping pong y comiendo ese delicioso bocadillo de chorizo que me prepararon por la mañana. Ojalá hubiera desayunado algo más, estoy hambriento. Luego hay educación física y no he cogido los tenis. Debería madrugar más ,pero el capítulo de ayer estaba tan emocionante... La profe sigue ahí con su rollo y yo aquí pensando, qué pesado es, no me entero de nada, tengo hambre y sueño, me quiero ir a mi casa. Por la tarde conservatorio y mañana examen, no estudié, y me faltan los deberes de francés, pasan ya de las once, como no, empieza a llover, hoy no hay ping pong, menuda desilusión...

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