Santa mano toque tu rostro, amor mío.
Libra de pecado todo labio
que se aproxime al paraíso jamás catado,
reza porque encuentre en tus ojos
esa verdad que perdió quien sabe donde.
Llama a los dioses implorando perdón
cuando baje por tu cuello.
Saluda a satanás
cuando toques la lujuria
en forma de músculos en su cuerpo.
Y caerás en la tentación
-todos caemos de rodillas ante ella-
lloraras quien sabe
que mañana después.
Pero fuieste tú la culpable
al no besar su mejilla,
al acariciar su pelo,
al decir su nombre entre suspiros.
Libra de pecado todo labio
que se aproxime al paraíso jamás catado,
reza porque encuentre en tus ojos
esa verdad que perdió quien sabe donde.
Llama a los dioses implorando perdón
cuando baje por tu cuello.
Saluda a satanás
cuando toques la lujuria
en forma de músculos en su cuerpo.
Y caerás en la tentación
-todos caemos de rodillas ante ella-
lloraras quien sabe
que mañana después.
Pero fuieste tú la culpable
al no besar su mejilla,
al acariciar su pelo,
al decir su nombre entre suspiros.
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