lunes, 7 de marzo de 2016

La Ciudad de Vicente Aleixandre

Su vida

Vicente Aleixandre fue un gran poeta español nacido el 26 de abril del 1898 en Sevilla. Pasa su infancia en Málaga donde comparte estudios con el futuro escritor Emilio Prados. Se traslada a Madrid, allí comienza a estudiar Derecho y Comercio en  los cuales en 1919 consigue licenciarse. Desde 1920 hasta 1922 ejerce como profesor en la Escuela de Comercio.  
En 1917 conoce a Dámaso Alonso, que le habla de Rubén Dario, Antonio Machad. Desde ese encuentro comienza a levantarse su pasión por la poesía. En 1922 la salud de Vicente empieza a empeorar y años después le diagnostican nefritis tuberculoa. Despúes de unas operaciones, comienza a publicar sus primeros poemas en la revista occidente  y empieza a establecer contacto con Cernuda, Altolaguirre, Alberti y Lorca. 
En los primeros días de la Guerra Civil pasa 24 horas en una checa de la cual lo saca Neruda. Después de la guerra se convierte en uno de los maestros de los jóvenes poetas que los recibe en su domicilio de Madrid. El 22 de Enero de 1950 lee un discurso para ingresar en la RAE. El 6 de octubre de 1977 la Academia Sueca le concede el premio Nobel de la Literatura por su gran talento literario. En 1984 lo ingresan por una hemorragia intestinal y el 13 de Diciembre de ese mismo año muere.

Su obra poética
La obra poética de Vicente es característica por sus varias etapas:
Poesía pura: Publica su primer libro llamado Ámbito.
Poesía surrealista: produce un cambio radical en su concepto poético inspirándose en los precursores del surrealismo. Adopta como forma de expresión la prosa con Pasión de la Tierra y el verso libre con Espadas como labios.
Poesía Antropocéntrica: Cambia su obra acercándose a las preocupaciones sociales. Sus dos libros fundamentales son: Historia del corazón y En un vasto dominio.
Poesía De vejez: Habla de su experiencia de la vejez y la cercanía de la muerte. Esta etapa destacaron Poemas de la consumación y Diálogos del conocimiento.


Poema Mi voz del libro Espadas como labios

He nacido una noche de verano

entre dos pausas.Háblame:te

escucho

He nacido. Si vieras qué agonía

representa la luna sin esfuerzo

He nacido. Tu nombre era la dicha.

Bajo el fulgor una esperanza, un ave.

Llegar, llegar. El mar era un latido,

el hueco de una mano, una medalla tibia.

Entonces son posibles ya las luces, las caricias,

la piel, el horizonte,

ese decir palabras sin sentido

que ruedan como oídos, caracoles ,

como un lóbulo abierto que amanece

(escucha, escucha) entre la luz pisada.

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