jueves, 28 de enero de 2016

La camilla

Atragantada
a causa de las lágrimas,
atada a esa camilla,
sufriendo retorcida de dolor, 
viendo pasar el tiempo,
sintiendo a la vida escaparse,
irse entre sus dedos.
Sus ojos azules,
ahora rojos,
rotos de dolor,
y, entonces,
comienza a recordar
como cada día
en ese maldita camilla.
Recuerda sus dolores y angustias,
sintiéndose inútil,
movida por hilos invisibles
de gente con billetes.
Gritos escapan de su boca,
gritas tan horribles
que hasta el mismo diablo
sentiría compasión.
Y todo por esa camilla
a la que permanecerá atada
por el resto de su vida,
de su existencia.
No ve luz
al final del túnel.
No ve salida.
No ve nada.
Pues su camilla
ya ni eso le deja.
La va matando poco a poco.
Ya no existe salida,
por no existir,
¿existirá su vida?
(Para entenderlo se podría decir que la camilla es un problema de nacimiento)

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