jueves, 2 de abril de 2015

La Gioconda

Se abre el telón, hay un escenario iluminado con una suave y tenue luz blanca iluminando a dos personas; una era una mujer y el otro era un hombre llamado, ambos estaban vestidos con un elegante pero antiguo ropaje. Leonardo está pintando sobre un lienzo a la mujer que está sentada ante  él, ella parece pensativa.

GIOCONDA: ¿Cómo has e llegado a esto? No lo entiendo ¿Por qué  insistes en torturarte? Estás sentada sobre una vieja silla frente a la persona que más quieres y lo único que haces es sonreír falsamente, como una hipócrita. Te ha fallado ymuchas veces, sí te ha fallado infinidad de veces, más de las que puedes recordar. Nunca te ha valorado, ni siquiera pareces importarle. ¿Te das cuenta? ¡No le importas ni lo más mínimo! Eres tonta, vas en su ayuda cuando te necesita. Eres una mujer, fuerte, guapa e inteligente, te mereces a alguien a tu altura, no a este hombre al que solo le interesa ganar dinero con tu pintura. ¡Reacciona! ¡Levántate! Ha llegado el momento de tomar una decisión, el momento de actuar y de dejar de pensar.

La joven se levanta. Sale de la habitación. La luz se hace más tenue. El pincel que custodiaba Leonardo se cae al suelo. El silencio invade el escenario. 

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