Munch, el pintor, acaba
de terminar su cuadro. Se sienta en frente de su obra. Busca defectos.
MUNCH: ¿Por qué nunca consigo pintar las cosas como son?
Y aunque estaba sólo
en su estudio, una voz procedente de su cuadro le contesta.
EL CUADRao: Porque siempre pintas lo que sientes.
MUNCH: Los cuadros, no hablan. ¡Estoy volviéndome loco!
EL CUADRO: No. Sólo soy tu dolor, tu desesperación.
MUNCH: Ja,ja. ¿Qué desesperación? ¿Qué dolor?
EL CUADRO: Soy tú.
MUNCH: Pues, si te elimino, ya no eres más que un borrón.
EL CUADRO: Si me
borras desapareces, porque soy tú mismo, tu realidad, tu imaginación, tu dolor, tus sufrimientos
y tus alegrías. Soy tu mundo. Soy tú.
MUNCH: No entiendo nada. Estoy hablando con un lienzo, con
una imagen distorsionada de un ser irreal.
Munch, intenta borrar
la imagen que había pintado frotando el cuadro con algún disolvente.
MUNCH: Pero ¿qué me está pasando? ¡No aguanto el
dolor! ¡Qué alguien me ayude!
ELCUADRO: ¡Ya te advertí que yo era tú!
Y aunque el pintor
Munch, desapareció sin dejar rastro, se conoce esta obra como “el grito”. Y
algunos días parece que el cuadro habla y dice: “¡Qué alguien me ayude!
El grito de Munch |
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