martes, 31 de marzo de 2015

Pomona y Veturno

Pomona y Veturno de Francesco Melzi


Vertumo llegó de coger fruta y esperaba por Pomona a la sombra de un manzano.

POMONA:¿Ya estás vagueando? Has recogido medio cesto de fruta y ya te lo estás comiendo.

VERTUMO: No vagueo, estoy catando el fruto de mi esfuerzo. ¿Acaso has obtenido tu más fruta que yo?

POMONA: Cállate. No sabes lo que es trabajar duro. Te voy a dar una lección.

VERTUMO: ¿Que haces? Estás comiendo de mi fruta. Come de la tuya y no seas aprovechada.

POMONA: Te estoy dando una lección, ahora sabes lo que es que se aprovechen de ti.

VERTUMO: ¡Pero tendrás morro! Esto es inaudible.

Se levantan muy enfadados y comienzan a andar. Ámbos quieren fastidiar al otro. Pomona, en un arrebato, pone veneno en una de sus manzanas.

POMONA: Vertumo, vamos a hacer las paces, te invito a una manzana.

VERTUMO: Muchas gracias, Pomona, me he portado como un tonto, lo siento.

Y, pidiéndole perdón, le pegó un mordisco a la manzana. Más tarde, cayó al suelo muerto.

POMONA: ¡Oh dios mío!¡Qué he hecho!

Pomona, al contemplar el cadáver de su amigo perdió la cabeza.

POMONA: Soy un monstruo, no merezco esta vida. Mi pecado debe ser castigado. 

Y diciendo esto, mordió la manzana envenenada, cayendo al suelo muerta.
Julián Javier Rodríguez

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