Abro los ojos. Suspiro de emoción. Huelo su perfume. Me encanta el olor a whisky. Me fijo en sus ojos. Me pierdo en ellos. Reacciono. ¿Cuánto tiempo llevo así? Me río. Estoy nervioso, o enamorado. No lo sé. Bueno sí, ¿o no? Joder me está volviendo a pasar. Necesito calmarme. Vuelvo a besarle. Necesito tocarle. Dios como le quiero. Besa bien... muy bien. Joder y huele a whisky. Creo que es la persona indicada. Dejo que aparte su boca. Me siento drogado. Noto que se me acelera la respiración. Oigo que me habla. Oigo una especie de "te quiero Marc". Noto un dolor en el pecho. ¿Qué estoy haciendo? Intento contestarle. Creo que le digo algo así como "yo tambien Mikael", en una especie de suspiro. Creo que le hago daño. Él a mi también. No quiero negarlo. No soy capaz de admitirlo. ¿Qué hago besando a un chico? ¡Joder que tengo novia! La que me va a caer cuando Silvia se entere... ¿por qué me esta viendo así? ¿Eso es una lágrima?
Le voy a preguntar qué le pasa. Creo que sé la respuesta. ¿Qué hago? ¿Dejo a Silvia y acepto que me gustan los chicos?
¿Vivo en una mentira? La mentira suena cómoda. Lo beso. Lo beso apasionadamente. Lloro. Siento que llora. Lloramos juntos. Va siendo hora de tomar una decisión.
A mí también me gusta muchísimo este monólogo. Casi puede uno percibir los latidos,no? Creo que está escrito con mucha intensidad y a la vez, con una delicadeza exquisita.
ResponderEliminarMuchisimas gracias Sonia, da gusto escuchar palabras así de algo que, para mi, no es más que un pedacito de mi corazón en forma de letras y signos de puntuación.
EliminarMe alegra mucho que, de alguna forma, pudieses disfrutar de mi monólogo interior, quiza tanto como lo que yo disfruté escribiéndolo, fragmentando mi alma, mi mente y mi corazón en pequeñas frases, que juntas, crearón este texto.
Te extrañamos mucho Sonia, un saludo y un grandísimo abrazo de este viajero.