Y en el oasis de tus besos,
dulce acera mojada de tu amor,
allí encontrare la calma,
la luz de la aurora
iluminará mi rostro.
Y cuantas luces de neón
queden vivas,
todas se encenderan con
tu beso.
Entonces beberé de tu manantial,
sabre si tus ojos
son el paraíso que nunca encontré.
Alzarás las plumas de piedra
de este ángel caido.
Rozando tus dedos
tus manos serán seguro de la libertad.
dulce acera mojada de tu amor,
allí encontrare la calma,
la luz de la aurora
iluminará mi rostro.
Y cuantas luces de neón
queden vivas,
todas se encenderan con
tu beso.
Entonces beberé de tu manantial,
sabre si tus ojos
son el paraíso que nunca encontré.
Alzarás las plumas de piedra
de este ángel caido.
Rozando tus dedos
tus manos serán seguro de la libertad.
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