Velázquez
deja de pintar; hace pequeñas comparaciones con el cuadro y con lo
que está viendo, mientras, en la sala, hay un murmullo.
INFANTA
MARGARITA: ¿Le quedará mucho? (Suspira con intensidad)
REINA:
No estoy segura, pero por su cara parece que no le convence mucho su
trabajo.
INFANTA
MARGARITA: ¡Ojalá acabe pronto! Me duele un montón el cuello y
quiero ir a jugar al jardín con el perro.
PERRO:
GUAU GUAU.
REY:
Por favor, dejad que acabe con su trabajo, si nos movemos ahora le
estropearemos todas las horas que pasó para pintarnos.
Velázquez
se separa del cuadro y se presenta frente a ellos anunciando algo.
VELÁZQUEZ:
Ya podéis marcharos. He acabado mi cuadro, gracias por ser pacientes
y aguantar sin moveros dos horas.
Todos dejan sus puestos y se aproximan lentamente y con mucha curiosidad al cuadro. De nuevo se quedan paralizados, pero esta vez de sorpresa; quedan impresionados ante la obra de arte.
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