sábado, 29 de noviembre de 2014

Del  espléndido color del cielo
enamorados viven sus ojos,
por eses que brillan pocos
luces brillantes de hielo.

El viento azota el pelo,
entre bellos colores muere
por este amor que puede
cubrirse como un velo.

Brillante sigue el cielo,
pero no las estrellas
en penumbras hielo.

Pero al final son cristales
el cielo y las estrellas
solamente fantasmales.

2 comentarios:

  1. No podríamos llamarlo soneto porque sus versos no son endecasílabos. Pero su esfuerzo y trabajo merecen ser elogiados.

    ResponderEliminar

Las palabras y las opiniones nos ayudan a enriquecernos. Los viajeros de esta expedición queremos llegar a nuestro destino mucho más ricos.