"Empieza a estudiar desde ya, adelanta cosas que tienes tiempo". Palabras exactas que me retumban en la cada vez que falta una semana para un examen y estoy en las horas previas a ponerme a estudiar toda la tarde, a adelantar temario. Bueno, eso es lo que me propongo, lo que me digo, con palabras tan motivadoras: "Hoy sí, hoy adelanto, es mucho temario, y si no adelanto, después se me acumula el chollo y me agobio". Llega la tarde, me siento, saco el temario y, de repente, mi mente se transforma en una máquina del tiempo, una máquina que saca horas de estudio de donde no las hay, y mis palabras cambian completamente, unas palabras tan motivadoras como: "El examen es pa la semana, solo son diez hojitas de nada, y hoy hay puntos dobles en mi juego de la play, mañana si que ya yo ya me pongo de verdad de la buena."
Lo que al final nunca sé, es que este procedimiento de dejarlo todo para mañana, se va a repetir día tras día hasta la fecha anterior al examen. Dicha fecha, toca pegarme el atracón de chapar las que al final, eran veinte hojitas de mucho. Yo creo que este fenómeno mental, me pasó, me pasa y me pasará hasta el día de mi muerte.
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