Hoy es un día triste, llueve como si las nubes sufrieran y descargaran con ira su dolor. Primero, se le llenan los ojos de lágrimas; a nosotros se nos oscurece el día. Después le cae la primera lágrima. De golpe, de sus ojos no paran de brotar cual si fueran piedras que se disparan de una fuente.
Cuando para, nos alegramos. Mas las nubes siguen dolidas y al cabo de unas horas vuelven a descargar su pena.
Las nubes están sufriendo y nosotros sufrimos con ellas.
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